jueves, 8 de abril de 2010

Al vacío de la ONP y al más allá

Hoy el número de pensionistas del Sistema Nacional de Pensiones, administrado por la ONP, asciende a 475 mil personas. Se mantiene el déficit para cubrir las pensiones, sin embargo hay trabajadores que siguen apostando a este sistema previsional. (Gestión, 07/04/2010)

La noticia publicada por el diario Gestión motiva tres comentarios. Primero, la importancia del costo fiscal asociado a las pensiones administradas por la Oficina de Normalización Previsional (ONP). El subsidio del Estado a los pensionistas afiliados a la ONP en 2009 (S/.2.7 mil millones) no solo es considerablemente grande, sino que es inequitativo. Representó, por ejemplo, 4.8 veces el presupuesto ejecutado el año pasado por el Programa Juntos de transferencias monetarias condicionadas a los peruanos más pobres. Además, las pensiones públicas las financiamos los contribuyentes y, en términos del costo de oportunidad de los recursos, los ciudadanos más pobres del país que no reciben bienes ni servicios públicos.

Segundo, nos recuerda la dificultad de sostener sistemas previsionales de reparto, en los que trabajadores activos (contribuyentes y destinatarios alternativos del gasto público) financiamos los ingresos de los pensionistas. Recordemos que el denominado ratio de dependencia (personas que no están en edad de trabajar respecto de las que sí) seguirá aumentando en nuestro país gracias a la reducción de la tasa de natalidad y el aumento de la esperanza de vida.

Tercero, la dificultad de competir en algunos segmentos de ingresos de la población contra un sistema que ofrece una pensión mínima (subsidiada). Efectivamente, la gran mayoría de los 75 mil nuevos afiliados a la ONP se desafiliaron del Sistema Privado de Pensiones (SPP) o se afiliaron por primera vez a la ONP, porque no esperaban que sus aportes a una cuenta de capitalización individual les permitiera recibir una pensión mayor a la mínima que ofrece la ONP. Ya sea porque tienen ingresos formales bajos/medios o porque estos no se sostienen en el tiempo.

La discusión previa, sin embargo, no es la más relevante cuando se aborda el tema previsional. El principal problema que enfrentamos y parecemos seguir ignorando es que solo pocos peruanos tendremos pensión. Para ampliar la cobertura previsional una de las tareas pendientes es reformar el sistema. Así, el núcleo del sistema de pensiones serían cuentas individuales de capitalización administradas por instituciones privadas. Dichas entidades no solo serían las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), que conforman una industria en la que hay considerables barreras a la entrada. Finalmente, recogiendo la propuesta del Banco Mundial de los “pilares múltiples”, el Estado podría optar por subsidiar las pensiones más bajas al seguir ofreciendo una pensión mínima. Como cualquier subsidio, ése debería estar focalizado adecuadamente, el padrón de beneficiarios debería ser público y se deberían evaluar independientemente usos alternativos de tales recursos públicos.
Fuente: IPE

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