La crisis económica se cobró 2.2 millones de puestos de trabajo el pasado año en América Latina y el Caribe, según un informe de la OIT difundido hoy en Lima. Con esto la tasa de desempleo subió casi un punto porcentual, del 7.5% al 8.4%. (RPP, 11/01/2010)
Una de las principales preocupaciones para los peruanos con respecto a la crisis internacional era el desempleo que generaría en el país. Y si bien no se puede negar que hubo despidos y que empresas quebraron, el efecto neto fue positivo. De los catorce países analizados por la OIT, doce no pueden decir lo mismo. Según este organismo, solamente en Perú y en Uruguay la tasa de desempleo se redujo durante el año 2009. Mientras tanto, los mayores aumentos se observaron en Barbados, Costa Rica, Chile, Ecuador y México.
De hecho, a finales del año pasado, la OIT emitió otro documento, titulado The global recession and developing countries, en el que ya se presentaba información acerca de cómo el mayor impacto de la crisis en el empleo se ubicaba en los países más ricos. Aún así, el crecimiento desacelerado con tasa positiva que se observa en la mayoría de países de América Latina tiene efectos ambiguos en el bienestar y en la distribución de ingresos.
En el caso específico peruano, no es muy difícil identificar cuál es el verdadero problema del mercado laboral. Incluso antes de la crisis ya se evidenciaba claramente. El documento Empleo en las regiones de Ciudadanos al Día lo ilustra bastante bien. Si bien a nivel nacional tenemos un promedio de 46% de la PEA subempleada, este porcentaje llega a niveles alarmantes en algunas regiones. Las tres peores son Huánuco (68%), Puno (61%) y Apurímac (60%). La preocupación, entonces, debe estar orientada ya no solamente a crear puestos de trabajo, sino a crear puestos de trabajo formales y sostenibles. Para esto hay que eliminar los obstáculos que existen.
El Plan de Estímulo Económico (PEE) que el MEF lanzó para contrarrestar los efectos de la crisis incluía rubros específicos que tenían que ver con la creación de puestos de trabajo (CD 09/09/2009). Por su lado, el Ministerio de la Producción aseguraba estar enfocado en la simplificación de los procedimientos necesarios para que una MYPE se formalice, lo cual representaría una excelente iniciativa para incorporar a la economía formal a muchas micro y pequeñas empresas que prefieren mantenerse en la informalidad, antes que tener que asumir los sobrecostos que implican cumplir con la ley. Solamente reduciendo estos sobrecostos es que este esfuerzo podrá ser efectivo.
Una de las principales preocupaciones para los peruanos con respecto a la crisis internacional era el desempleo que generaría en el país. Y si bien no se puede negar que hubo despidos y que empresas quebraron, el efecto neto fue positivo. De los catorce países analizados por la OIT, doce no pueden decir lo mismo. Según este organismo, solamente en Perú y en Uruguay la tasa de desempleo se redujo durante el año 2009. Mientras tanto, los mayores aumentos se observaron en Barbados, Costa Rica, Chile, Ecuador y México.
De hecho, a finales del año pasado, la OIT emitió otro documento, titulado The global recession and developing countries, en el que ya se presentaba información acerca de cómo el mayor impacto de la crisis en el empleo se ubicaba en los países más ricos. Aún así, el crecimiento desacelerado con tasa positiva que se observa en la mayoría de países de América Latina tiene efectos ambiguos en el bienestar y en la distribución de ingresos.
En el caso específico peruano, no es muy difícil identificar cuál es el verdadero problema del mercado laboral. Incluso antes de la crisis ya se evidenciaba claramente. El documento Empleo en las regiones de Ciudadanos al Día lo ilustra bastante bien. Si bien a nivel nacional tenemos un promedio de 46% de la PEA subempleada, este porcentaje llega a niveles alarmantes en algunas regiones. Las tres peores son Huánuco (68%), Puno (61%) y Apurímac (60%). La preocupación, entonces, debe estar orientada ya no solamente a crear puestos de trabajo, sino a crear puestos de trabajo formales y sostenibles. Para esto hay que eliminar los obstáculos que existen.
El Plan de Estímulo Económico (PEE) que el MEF lanzó para contrarrestar los efectos de la crisis incluía rubros específicos que tenían que ver con la creación de puestos de trabajo (CD 09/09/2009). Por su lado, el Ministerio de la Producción aseguraba estar enfocado en la simplificación de los procedimientos necesarios para que una MYPE se formalice, lo cual representaría una excelente iniciativa para incorporar a la economía formal a muchas micro y pequeñas empresas que prefieren mantenerse en la informalidad, antes que tener que asumir los sobrecostos que implican cumplir con la ley. Solamente reduciendo estos sobrecostos es que este esfuerzo podrá ser efectivo.
Fuente: Instituto Peruano de Economía - Comentario diario (12/01/2010)
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