jueves, 3 de junio de 2010

Essalud y el sector privado aprenderan a colaborar para reformar‏

El presidente ejecutivo de Essalud informó que se construirán más hospitales aplicando modalidad de Asociación Público Privada (APP). El asegurado seguirá asistiendo a un hospital público, sin incremento ni pago complementario alguno. (RPP, 03/06/2010).

Celebramos que el Presidente de EsSalud, que había optado por mantener un perfil bajo hasta hace poco, esté discutiendo públicamente una de las reformas que está liderando, la cual celebramos aún más: atraer inversión, gestión e incentivos privados a la provisión de infraestructura o servicios de salud. Es importante este enfoque, típico en diversos estados modernos como puede observarse en la publicación Public-private partnerships and collaboration in the health sector del Banco Mundial. Este enfoque permite solucionar efectivamente las fallas de mercado -fallo de competencia, bienes públicos, externalidades y asimetrías de información- al superar las fallas de Estado -que resultan, en un entorno de un nulo o pobre rendimiento de cuentas, del predominio descontrolado de los incentivos políticos-. También se pueden usar esquemas similares para nutrición; educación; investigación, ciencia y tecnología y, como estamos tratando con algunos éxitos y no pocos tropiezos, infraestructura. Ojalá sigamos avanzando en esta línea, desnudando los argumentos falaces de quienes conocen poco de políticas públicas efectivas, están nublados por una ideología probadamente caduca y encima le sirven la mesa a los rentistas que trabajan con o dentro del Estado.

El leitmotiv de la reforma de EsSalud es que la institución garantice a sus asegurados acceso a los servicios de salud de la forma más efectiva posible. Para ello se están utilizando tres medios. Primero, acuerdos para la oferta propia de servicios. Segundo, convenios público-públicos con gobiernos subnacionales, el Ministerio de Salud, las Fuerzas Armadas y universidades públicas. Tercero, alianzas público privadas (APP) con universidades, empresas, cooperativas, ONG y organizaciones religiosas. Ya se concretó, por ejemplo, una APP con un hospital español que invertirá US$150 millones en construir dos hospitales de doscientos cincuenta camas cada una. La inversión se repagará en 32 años. Faltaría definir cómo pagará esto el sector público.

Las reformas pendientes en EsSalud y en la provisión de salud en nuestro país, sin embargo, son muy importantes. Desde su diseño, el servicio de EsSalud no ha estado focalizado adecuadamente. Eso contribuye al arbitraje regulatorio, ya que un grupo importante de personas de altos ingresos contrata seguros privados que no cubren las enfermedades más caras de atender, porque saben que EsSalud estará ahí. No se ha hecho esfuerzos por focalizar la intervención pública en salud y ya se está adoptando el Seguro Universal de Salud, que también tiene fallas importantes en su diseño. Los recursos humanos en la salud pública van desde excelentes hasta pésimos. Los sueldos que reciben van desde excesivos hasta risibles. No se quiere tomar ese toro por las astas, con lo que se compromete la salud o la vida de los ciudadanos, para "no conculcar el derecho adquirido al trabajo". ¿Acaso no están en conflicto los derechos a la salud y la vida con el derecho al trabajo? El proceso podría ser gradual, con evaluaciones independientes de los que entrarían y saldrían, además de bonos de productividad, reformando así profunda e irreversiblemente la salud en nuestro país.

Fuente: IPE

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