viernes, 18 de junio de 2010

Para renunciar al trabajo hay que avisar al empleador 30 días antes

Las empresas deberían estar preparadas para la salida de personal.


Por: Claudia Paan

En algún momento de nuestra vida laboral, hemos dicho —o pensado decir— adiós a la empresa en la que trabajábamos, fuera por una mejor propuesta salarial, por nuevos proyectos personales o por nuestra incomodidad con el ambiente laboral.

Si piensa dejar su empresa y nunca antes ha presentado una renuncia, tenga en cuenta que esa decisión debe comunicarla al empleador con un mes de anticipación como mínimo.

El laboralista Víctor Ferro señala que si un trabajador se retira sin dar un preaviso, esta lo podría despedir por abandono del trabajo. Pero también es factible que el empleador lo exonere de esa obligación.

Así, el trabajador renunciante podrá recibir la liquidación de sus beneficios sociales: pago de la CTS (la fracción que no le ha sido depositada), el monto por vacaciones truncas y el pago de las gratificaciones correspondientes al semestre, esto último si no se realizaron los depósitos en los meses indicados.

Además de estos beneficios, explica el laboralista Jorge Toyama, el trabajador no recibe ningún pago extra así ocupe un cargo importante o sea un talento valioso para la empresa.

LA NEGOCIACIÓN

Últimamente, cuando las empresas están interesadas en la salida de un trabajador, acuerdan con este su renuncia a cambio de beneficios.

En estos casos —coinciden Ferro y Toyama— sí es posible negociar la salida. Cuanto mayor es la urgencia de la empresa por la renuncia, mayores serán los incentivos ofrecidos. “Obviamente, el trabajador no está obligado a retirarse”, aclara Toyama.

Pero no en todos los casos el colaborador recibe algún beneficio y su salida se maneja por un mutuo acuerdo entre las partes.

A veces ocurre que los superiores los amenazan con tomar represalias, o se ven forzados a firmar un papel en blanco al momento de entrar a la compañía para que, cuando esta decida prescindir de sus servicios, pueda argumentar que el trabajador renunció.

Ante este último incidente, el agraviado puede solicitar un informe pericial que pruebe el delito, con lo cual el documento puede ser anulado y la empresa, sancionada. Pero en caso de recibir alguna amenaza, será difícil para el trabajador demostrar el atropello.

“Judicialmente, es aceptado que la renuncia sea nula cuando el trabajador deja constancia en la carta de renuncia, por ejemplo, que fue obligado a hacerlo”, afirma el laboralista.

De otro lado, existen ocasiones en las que el trabajador no puede renunciar, dado que ha suscrito un contrato por un período determinado de tiempo y para cumplir una actividad específica. Si el empleado decide hacerlo, la empresa tiene todas las facultades para demandarlo por incumplimiento de contrato.

ADIÓS TALENTO

La salida de un trabajador muchas veces significa la pérdida de talento. Para evitar esta situación, las empresas deben implementar programas que aseguren la permanencia y captación de nuevos empleados.

Adolfo González, socio director de TASA Worldwide Perú, recomienda a las empresas tener un clima laboral apropiado, invertir en su capital humano a través de capacitaciones, implementar bonos de retención solo para los puestos más importantes y tener planes de sucesiones.

A SU SERVICIO

Siempre deje una buena imagen

En caso de que no esté a gusto con su ambiente de trabajo, busque una solución con su empleador antes de presentar su renuncia, recomienda Gisela Medina, consultora organizacional del Centro de Desarrollo Personal y Profesional Perfil.

Salir en buenos términos le asegura buenas recomendaciones y la posibilidad de retornar a su puesto.

Por más mala que haya sido su experiencia, no hable mal de su antiguo trabajo. No se verá muy bien frente a sus nuevos jefes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario